Porque amo los finales felices, porque me encanta que los protagonistas se encuentren al final, porque me molesto cada vez que pasa algo malo por culpa de algún tonto, porque pienso que todas las canciones dicen cosas reales, que todos los libros reflejan algo que realmente sucedió, porque me encanta el "vivieron felices por siempre", porque me enamoro del amor y quisiera decir que es el mal de mi generación pero es totalmente falso, el mal de mi generación es la otra cara de la moneda (mi otra personalidad) el cinismo absoluto, el saber que eso solo sucede en las películas y en los libros, en la vida real hay divorcios y separaciones, cachos y peleas, y una relación de pareja es complicada, en la vida real no hay príncipes azules ni princesas, no hay amores eternos, el felices por siempre dura 4 años máximo y sin embargo queremos creer (o tal vez esa sea solo yo)
Creer que se puede, que todavía hay unos pocos dispuestos a luchar por lo que vale la pena, que hay algunos dispuestos a no rendirse ante el primer inconveniente, que hay unos pocos dispuestos a cumplir promesas, porque mi generación lo tuvo todo fácil, lo sigue teniendo, podemos hablar con la china si nos da la gana, podemos hacer y deshacer y todo es tan fácil, no tenemos idea de lo que significa realmente luchar, tampoco sabemos estar solos, eso de ser autista, de quedarse solo pensando en nada y en todo es lo más extraño en este mundo, por lo menos tienes que estar escuchando música y si es grave y te sientes muy solo puedes simplemente conectarte y chatear con cualquier desconocido, que para eso es internet. No somos filósofos, somos materialistas, sabemos que el éxito está ligado al dinero y eso queremos que ya lo demás llegará por añadidura, o bueno, lo haremos llegar, lo queremos todo y lo obtenemos, el problema radica en mantenerlo.
Y yo soy una lunática por que sé perfectamente que no quiero eso y tengo ideas extrañas como no ser inferior a nadie y tengo claras demasiadas cosas pero más que todo es el hecho de que ciertas cosas por muy lindas que sean pertenecen a los libros y a las películas porque en la vida real no hay finales felices.
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