En el futuro recordaría esa noche como el momento en el que se rompió algo.
No supo qué, ni cómo, estaba más preocupada por determinar si era el sonido de algo que se rompe para siempre o por el contrario una rotura por donde escapan cosas mejores.
Sabía que algo había pasado esa noche, tal vez había sobrepasado la cantidad de locura que él estaba dispuesto a tolerar, tal vez él había sido demasiado seco y demasiado parco en el peor momento posible, tal vez ambos soltaron al tiempo sin darse cuenta, sin entender que no podrían aferrarse el uno al otro de aquí en adelante.
Tal vez estaba siendo dramatica, lo cierto es que cuando se despidieron, cuando él puso su mano en su cintura y sus labios sobre los de ella, se le aceleró el corazón. Pudo sentir el calor de su mano sobre su cintura tiempo después de él haberse ido.
Bueno, a quién engañaba, su especialidad siempre había sido hacer tormentas en mares de lagrimas y huracanes en vasos de agua.
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