Siempre pensé que sería más complicado despedirme de Cartagena que de Bogotá, siempre pensé que debido a todo lo que está y tengo en Cartagena sería difícil decir adiós y sin embargo ahora sé que siempre va a estar ahí, precisamente por todo lo que tengo siempre voy a estar unida a esa tonta ciudad, es difícil despedirse cuando sabes que es muy posible que no vuelvas, es difícil despedirse de una ciudad en la que viviste 5 años, es difícil despedirse de la gente que conociste en esos 5 años, es difícil decir adiós, por eso no lo digo, prefiero pretender que es sólo un hasta luego, duele menos, mucho menos.
Voy a extrañar esta ciudad, con su clima extraño que no se decide nunca, sus lluvias pendejas que es más lo que molestan que mojan, voy a extrañar el frío, el centro, que en estos 5 años fue la única constante entre tantas mudanzas, la universidad, la gente, los amigos, los buses y sus vendedores...
Nunca desarrollé ese sano temor a Bogotá, porque acá atracan y toca siempre estar cuidando el bolso, desconfiando de todo el mundo, mi hermana siempre me regaña por eso, porque nunca camino rápido cuando debo, porque cuando uso bolso/maleta/mochila no la pongo delante mio, porque no estoy pendiente, de nada, nunca, supongo que voy a extrañar eso también, aunque siendo justos a mi nunca me asaltaron con un arma corto-punzante lo cual ayuda a que los recuerdos memorables sean en su mayoría positivos.
5 años se van en un abrir y cerrar de ojos, todavía recuerdo cuando llegue, tenía unas tres chaquetas y dos bufandas, tenía miedo de montar en bus, por suerte un muchacho en el mismo edificio tenía clase a la misma hora en la misma universidad, que de suerte, no?
Eventualmente lo logré, aun soy especialista en coger el bus que da más vueltas, en montarme en el equivocado y en bajarme antes de llegar, pero de a poquito le fui perdiendo el miedo a esta ciudad.
Después de 5 años esta tonta ciudad se merece una mejor entrada o por lo menos una no tan idiota, prometo dedicarle una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario