Lo pensé fría y seriamente.
Ya sé lo que piensas, que es muy tarde.
Que ya me enamoré, que estoy más rosada que de costumbre, que no se me nota el negro.
Que eso no se decide con la cabeza fría sino con el corazón caliente.
Que yo no lo decidí, que pasó y ya.
Pero te equivocas.
Que no ha pasado, te lo aseguro.
Ni va a pasar porque ni gracia le veo.
A ver si de a poquito se me quita la pendejada.
Si a punta de repetirme siempre lo mismo me convenzo.
Por lo menos hasta que tú llegues a mi puerta con flores y ahí sí me enamoro y me apendejo.
Pero dame tiempo que prometo no enamorarme esta vez.
Tenme confianza que te lo estoy prometiendo.
Ya sé que crees que no depende de mi, pero tampoco depende de ti.
Confía en que la vida tiene una manera única y muy suya de funcionar.
Que todo va a salir bien, no porque yo lo diga, sino porque así es.
O confía en que todo va a salir mal.
Pero confía.
Yo confío en que no me voy a enamorar.
No esta vez.
...
Pero sé que soy humana y tengo derecho a equivocarme.
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