Ser sorda de un oído.
Cuando yo tenía 15 años era la rara del curso, claro por esa época descubrí los blogs e hice el blog más triste y patético que existe en la internet (no, no quieren saber la dirección).Siempre he sido la rara, incluso entre mis amigas (era un colegio de niñas) era la que odiaba los quinceañeros, la que escondía las tarjetas de invitación porque una vez mi mamá las viera adivinen a quien le tocaba ir...
Lo admito, yo no disfrutaba pero para nada esas reuniones sociales, las odiaba, pero aun más que los quinceañeros, que las fiestas, que las reuniones odiaba los lunes porque los lunes en un salón de 30 niñas, se discute toooooooooodo el fin de semana, empezando por la novela del viernes, pasando por la parqueada del mismo día, siguiendo con la piscina el sábado en la mañana, la rumba el sabado en la noche y la ida a misa el domingo (misa de 7 pm en la iglesia de Bocagrande, sí, era un evento social) No, yo no sabía todos esos datos hasta que mi hermana vivió todo eso. Yo que tenía para mostrar de un fin de semana productivo? Mi familia, si tenia suerte un libro nuevo.... No, no encajaba, nunca lo hice y francamente en sexto (después de intentarlo por dos años) decidí que no valía la pena y no quería seguirlo intentando.
No voy a escribir sobre los muchos traumas que me generó el colegio (no creo que me alcance la vida) esta entrada es sobre mi rareza.
Yo era la única persona del salón, sí, la única a la que no le gustaban las fiestas, no me gusta bailar con cualquier desconocido, no me gusta saludar de beso a cualquier aparecido, me estresa sobremanera el no poder oír nada excepto la música, para poder ser amiga de alguien necesito algo más que una salida a rumbear pero sobre todo, yo necesito oír, me gusta oír, y casi todo requiere escuchar ruidos estridentes que te dejan semi-sorda. Claro una niña de 15 años que ya tiene definido todo eso, no es tan buena compañía como el resto a las que no les parece incomodo nada de esto... Me importaba? No. Por suerte para mi, nunca me parecieron atractivos los del masculino... (nosotras estudiábamos en el femenino)
Todo esto era para terminar diciendo que siempre he tenido ciertas cosas definidas, que siempre he sido medio rara, que lo voy a ser toda la vida, que no voy a encajar y no quiero hacerlo, pero sobre todo, me rehúso a permitir que alguien, cualquier aparecido me cambie, porque sí, hay ciertas cosas que no me molestan, que estoy dispuesta a intentar pero hay ciertas otras que no van a pasar, punto. Sí, todas tienen que ver con ruidos estridentes, me gusta oír, algo que sé que mi generación no aprecia lo suficiente...
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