viernes, 20 de agosto de 2010

Fuego

Estoy jugando con fuego y lo sé. Voy a salir quemada, ya sé. Ya me he quemado antes. Duele. No puedo decir que valga la pena el riesgo. Es más no hay una sola razón por la que debería jugar con fuego.
Si fuera inteligente no lo haría. Si fuera inteligente no me habría quemado antes. Si fuera inteligente me haría caso. Obviamente no lo soy.
Me voy a quemar, de nuevo.
Y va a doler, porque aun no me acostumbro al dolor.
Y sin embargo... No me puedo detener.
Detenme, por favor.

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